La mítica pasarela de Victoria’s Secret volvió a deslumbrar al mundo con una edición que marcó historia. Este 15 de octubre de 2025, Nueva York se convirtió en el epicentro de la moda, la sensualidad y la reinvención, con un desfile que combinó la esencia icónica de la marca con una nueva visión más inclusiva y poderosa.
El regreso del glamour con propósito
La firma estadounidense presentó una producción de alto nivel que fusionó el espectáculo clásico con un mensaje contemporáneo de empoderamiento. El evento, transmitido en plataformas digitales y redes sociales, reafirmó que el Victoria’s Secret Fashion Show sigue siendo un fenómeno cultural más allá de la moda.
El montaje fue monumental: luces, coreografías, escenarios en movimiento y una atmósfera que evocó el lujo moderno. Sin embargo, el verdadero brillo estuvo en las modelos: una mezcla perfecta entre los rostros legendarios y una nueva generación que representa la diversidad y la fuerza femenina.
Diversidad, belleza y nuevos símbolos
Por primera vez, una atleta profesional se unió a la pasarela, rompiendo esquemas sobre lo que significa ser un “ángel”. También se destacaron modelos de distintas nacionalidades, tallas y estilos, consolidando el mensaje de que la sensualidad no tiene una sola forma.
Las hermanas Bella y Gigi Hadid fueron las encargadas de encender la nostalgia del público con su regreso triunfal. En contraste, nuevas figuras emergentes aportaron frescura, autenticidad y una energía diferente que conquistó a todos los presentes.
Uno de los momentos más comentados fue la apertura de Jasmine Tookes, quien desfiló embarazada, transmitiendo un poderoso mensaje sobre la belleza real y la maternidad. Su paso fue ovacionado como uno de los instantes más simbólicos del show.
Música, arte y actitud
El desfile se convirtió en un espectáculo total. La música fue protagonista, con presentaciones de artistas internacionales que pusieron ritmo, emoción y estilo a cada segmento. Karol G hizo su debut como “ángel invitada”, interpretando un tema inédito mientras desfilaban modelos con alas de cristal y prendas inspiradas en el fuego latino.
El segmento final, encabezado por Bella Hadid, fue un homenaje a la historia de la marca: alas monumentales, siluetas luminosas y una estética que combinó sensualidad con elegancia. Fue el cierre perfecto para una noche que celebró el renacimiento de un ícono.
Un mensaje para la nueva era
La edición 2025 del Victoria’s Secret Fashion Show demostró que la marca ha aprendido a evolucionar. Hoy, la belleza no se limita a lo visual, sino que se entiende como un reflejo de confianza, autenticidad y respeto por la diversidad.
En cada detalle, desde el maquillaje hasta la iluminación, se respiró una narrativa más consciente. La sensualidad se transformó en una declaración de poder personal, y la moda en una invitación a sentirse libre y segura en la propia piel.
Glamour con alma
Victoria’s Secret recuperó su esplendor, pero lo hizo con una mirada nueva: más humana, más real y más inspiradora. El show no solo fue un espectáculo visual, sino una declaración de principios que une la fantasía de la pasarela con la fuerza de las mujeres del siglo XXI.
En definitiva, la edición 2025 no solo marcó el regreso de una tradición, sino el nacimiento de una nueva etapa donde el glamour tiene alma, propósito y estilo propio.
