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Apoyo a Fátima Bosch: un llamado a la dignidad en el certamen Miss Universe 2025

En un escenario internacional donde la visibilidad y el respeto hacia las mujeres representan valores fundamentales, el reciente episodio protagonizado por Fátima Bosch, actual corona de Miss Universe Mexico 2025, y el director nacional en Tailandia del certamen Miss Universe 2025 ha encendido una discusión que va más allá del glamour, poniendo en primer plano el tema de dignidad, respeto y equidad en los concursos de belleza.

El incidente

Durante una ceremonia previa al certamen, en Bangkok, Tailandia, se documentó un intercambio en el que el señor Nawat Itsaragrisil —director nacional con funciones en Asia-Oceanía de la organización— confrontó públicamente a Fátima Bosch, cuestionando su ausencia en una sesión con patrocinadores y llegando a calificarla de “tonta” según reportes.  La candidata mexicana optó por retirarse del lugar visiblemente incómoda, mientras un grupo de sus compañeras se levantó en señal de solidaridad y abandonó la sala. 

Por qué debe importarnos


1. Respeto y dignidad para las participantes.
Fátima Bosch no representa sólo a México, sino que reivindica la voz de toda mujer que, en un entorno público, exige ser tratada con dignidad. La frase “ninguna mujer merece ser insultada o humillada” se convirtió en un lema y reclamo colectivo tras el episodio.


2. La coherencia de los valores del certamen.
La organización de Miss Universe emitió un comunicado reafirmando su compromiso con el respeto, la seguridad y la colaboración para todas las delegadas. Si estos valores son la base oficial, el incidente evidencia una brecha grave entre discurso y comportamiento real.


3. Repercusiones institucionales y mediáticas.
Los hechos se viralizaron en redes sociales con etiquetas como #WeStandWithFatima, lo que demuestra que la audiencia no tolera dinámicas de poder que marginan o degradan a las candidatas.

Un respaldo necesario

Como periodistas, comunicadores y defensores de la equidad, es indispensable respaldar a Fátima Bosch en este momento por varias razones:


• Porque su postura representa una barrera frente a conductas que pueden considerarse abusivas o degradantes en entornos de alto perfil.
• Porque al hacerlo, se envía un mensaje claro: el prestigio de una corona no excluye la integridad humana.
• Porque esta situación abre la puerta a una conversación más amplia sobre la profesionalización de los certámenes y el trato justo hacia las participantes, independientemente de su país de origen o visibilidad.

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