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“El Orgullo de Jalisco” Plácido Domingo, lujo y tradición en el Teatro Degollado

En una tarde que respiraba historia, patria y arte, el Teatro Degollado volvió a latir con fervor lírico. Se llevó a cabo el reestreno mundial de la zarzuela El Orgullo de Jalisco, obra emblemática que prácticamente se había perdido durante casi ocho décadas. Y para esta ocasión, la presencia estelar de Plácido Domingo como invitado de honor le dio un toque de solemnidad y magia al evento.

Un rescate cultural: origen, olvido y renacimiento

El Orgullo de Jalisco fue compuesta por el español Federico Moreno Torroba, con libreto de Antonio Guzmán Aguilera, y se estrenó en México por primera vez en 1947. Lo curioso: aunque la historia estaba ambientada en Guadalajara y evoca la tradición jalisciense, nunca había sido representada allí. Con el paso del tiempo, partitura y libreto quedaron prácticamente desaparecidos. Fue hasta hace poco que un musicólogo mexicano los rescató, reconstruyó la obra desde los materiales originales aportados por la familia de Moreno Torroba a la SGAE, y permitió esta nueva puesta en escena.


La puesta en escena: un viaje al pasado con sabor local

Cuando las luces del Degollado se apagaron, la escenografía emergió como un homenaje visual a la ranchera y a la vida popular de la Guadalajara de antaño: papel picado, equipales, un pozo de piedra en el centro del patio, arcos coloniales, colores vivos en moños, faldas y trajes de charro y china poblana. El toque musical fue de alto calibre: más de 130 artistas en escena, con orquesta sinfónica, orquesta típica, coro, actores, bailarines, voces solistas.

El espectáculo no solo rescató la melodía, sino también el espíritu: intrigas románticas, celos, enredos, humor y drama, todo ambientado en los años cuarenta, en un barrio tradicional tapatío.


Plácido Domingo: presencia y cierre con emoción

Como parte del marco simbólico del evento, Plácido Domingo no solo asistió como invitado de honor, sino que subió al escenario vestido de charro para interpretar “Ojos tapatíos”, la pieza que cierra la obra. Este número final se vivió como un instante de comunión entre el artista, la obra y el público, una ovación de pie que selló horas de emoción contenida.


Voces protagonistas: entre la admiración y la responsabilidad artística

  • Nancy Fabiola Herrera dio vida a Cristina, y Luis Ledesma encarnó a Paco Aldana. Ambos expresaron la magnitud del reto vocal y emocional: defender un género que exige al máximo, una técnica exigente, y la responsabilidad de representar una obra rescatada que lleva implícita una deuda simbólica con Jalisco.
  • Leopoldo Falcón, director escénico y figura destacada en la zarzuela, subrayó la conexión íntima de esta obra con Guadalajara, recordando que aunque fue escrita para la madre de Domingo —la gran Pepita Embil—, nunca se había estrenado realmente en su tierra.

Espíritu, significado y legado

Que esta zarzuela resurja no es solo volver a cantar notas antiguas: es rescatar voces, tradiciones y memoria. El Orgullo de Jalisco habla de identidad, de nostalgias, de la Guadalajara de barrio, cantinas y charros; canta al Jalisco profundo que no se olvida, que exige ser visto, celebrado.

La reaparición de la pieza en el Degollado coloca al público tapatío como cómplice de ese rescate, le recuerda que el arte también requiere compromiso, de quienes investigan, producen, organizan, interpretan… y de quienes escuchan.

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